Una contradicción romántica

Ultimamente tuve un pensamiento muy recurrente, expresado en forma de interrogantes: ¿como es posible que Goethe, el principal referente del movimiento romanticísta, el autor más importante e influyente para todos aquellos que tenemos un desarrollado espíritu suicida, se haya muerto de viejo?. Y lo que es peor, ¿cómo es posible que su obra haya eclipsado a tipos como Novalis y Schiller, autores que, fieles al dogma romanticista, murieron de manera trágica? Pero carajo! Novalis palmó antes de cumplir los 30 y sus "Himnos de la noche" ni siquiera tienen un lugar en la consideración popular, algo que si sucede con un "Fausto". Si algo tengo bién claro, es que no podés ser romántico y vivir hasta los 80 años, eso no tiene sentido, es un disparate... Ya podía sentir como mi idolatría por Goethe empezaba a derrumbarse: su vida saludable y longeva había traicionado mis más recalcitrantes ideales románticos.
Intenté buscar refugio en los mal denóminados "poetas malditos". Empecé con Dylan Thomas y lo abandoné rápidamente: Goethe, aún con todos sus años a cuestas, lo noquearía en 3 rounds. Pero el japones Yukio Mishima fué una auténtica revelación: éste "ponja maldito", famoso por quitarse la vida haciendo un harakiri delante de las cámaras de TV (ah, y por sus obras literarias), me dió la respuesta que tanto estaba necesitando, y que de algún modo logró reconciliarme nuevamente con el viejo Johann Wolfgang:


-"Goethe escribió el Werther", respondió R, "y se salvó del suicidio. Pero sólo pudo escribirlo porque, en el fondo de su alma, sabía que nada, ni la poesía, lo podría salvar, y que lo único que quedaba era el suicidio".
-Entonces, ¿por qué no se suicidó Goethe? Si escribir y el suicidio son la misma cosa, ¿por qué no se suicidó? ¿Porque era un cobarde? ¿O porque era un genio?
-Porque era un genio.

Yukio Mishima (fragmento de "El muchacho que escribía poesía")

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