Como si fuera Nicole Neumann

Siempre me pareció bastante boluda la gente que se encariña demasiado con sus mascotas, o con mascotas ajenas, o con cualquier tipo de animal. Nunca pude entender la "humanización" de los animales. Especialmente odio a esos salames que se proponen salvar a la ballenas/pingüinos/bichos bolita/perros abandonados etc. Es cierto que la llegada del hombre moderno mandó el ecosistema al diablo, y es verdad que somos responsables de la extinción de muchas especies pero... evolucionen o mueran, la vida (animal) es asi! Pero al ser humano no se lo debe juzgar con las leyes del reino animal: la vida humana vale muchísimo más que la de cualquier marsupial empetrolado (desde que existe la esclavitud que esto es así). A modo de anécdota que viene al caso, durante mis ultimas vacaciones, en una playa de gesell, dos minas que observaban conmovidas como agonizaba un lobito de mar me tildaron de desalmado, porque les dije que no eran capaces de sentir lo mismo por un linyera o por el pibe que reparte estampitas. No quiero extenderme mucho más en esto, pero creo que la culpa de todo la tiene Disney y la Warner BROS, y especialmente Pluto que nunca debió ser dominado por un ratón. Mi lema sería el siguiente: "si a la vida humana, no al animal humanizado" - el hombre es el lobo del hombre que le va devorar-

Todo iba bien hasta que en la madrugada del domingo pasado mientras me disponía a regresar a mi hogar (luego de haber estado en una fiesta post-cerati) tuve la genial idea de rescatar a un cachorro que se encontraba gritando en el medio de la av san martín. Lo deposite en la vereda y continué con mi camino como si nada hubiera pasado, pero el diminuto cuadrúpedo me seguía los talones "Gago, quedate en la vereda y no me jodas!" le dije al animal, el cual me hacía caso omiso (como debe ser, es un perro). Recorrió 10 cuadras a mi lado hasta llegar a mi casa, le di una salchicha como recompensa, pero no la quiso y me rompió las bolas: se puso a gritar y como yo tenía mucho sueño lo entre a mi casa y lo dejé en el patio. Ya no me rompió las bolas. Cuando me levante busqué una caja grande donde pudiera depositar al can, pero solo tenía una de express, lo suficientemente incómoda. No me importo lo hice entrar por la fuerza. "prepárate para tu segundo abandono". Pero de repente mientras miraba al perro a los ojos, fui asaltado por sentimientos alienantes de humanidad canina, mis ojos empezaban a arderme de un modo que ya había olvidado. Si mierda se me había escapado una lágrima, y por un perro que no era perro sino perra. Me vi reflejado en ella. Y... bueno, ya no hubo nada que hacer. Y pensar que yo quería un Beagle...

Con ustedes, Polly

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