Escupiendo el asado

Thursday, February 15, 2007

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Una palabra. Un papel. Un mensaje en una botella... una página de internet... Una flor robada de un jardín sin enanos. Un vacío inexplicable en otra noche afortunada. La oportunidad buscada, pero jamás encontrada, y el temor conocido a la chance remota.
Una vez más, el Fénix renace en un macetero olvidado. Sus alas despliegan un resplandor temeroso; querés cobijarlo, pero la felicidad arruinaría la más madura de las inocencias.

Cuatro letras. Cuatro combinaciones y una sola posible. Una entre diesciseis. Una entre mil. Una sola.

Ves el tren pasar, y tus escupidas no logran hacer blanco en sus ruedas (podría descarrilar). Pensaste en ser algo que no sos, solo por ser algo. Y dejas que la nada supere tu ser. "Esa es la cuestión".

Cuatro. Cuatro fantásticos. Cuatro de copas. Las cuatro estaciones. Los cuatro de Liverpool...

La ves en sueños que ni siquiera recordás. Y sin embargo jamás la olvidarías. Ella es un espejismo encerrado en una sala de espejos rotos. Su misteriosa mirada esconde el reflejo de lo que sos. Si solo pudieras ver detrás de sus ojos... te podría llegar a sorprender.

Imaginación, espontaneidad, intuición y pasión. Cuatro. Cuatro palabras. Cuatro atributos. Es todo lo que sos. Es todo lo que tenés para dar. Es todo lo que puedo darte.

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