You lose!

A veces pienso que la diferencia entre un loser y un ganador es mínima, casi imperceptible (o al menos no es tan categórica). Tomando como ejemplo una partida de truco, el ganador sería aquel que posee el ancho de espadas y siempre lo juega en el momento adecuado; nunca se precipita porque sabe que la mano se va a definir a su favor, es muy consciente de lo que quiere, y obra para tal fin. En cambio el perdedor, aún teniendo el ancho de espadas, nunca percibe el momento en que debe ponerlo en juego, por lo tanto suele quedarse con la carta ganadora en la mano una vez terminada la jugada. Sí, es tan pelotudo que tiene la carta ganadora y no la juega. Tiempo después se da cuenta del error que cometió, y con su típica mentalidad loser piensa que puede volver a insertarse en el juego corrigiendo su error; cree firmemente que el solo hecho de darse cuenta de la cagada que se mandó, es motivo suficiente para volcar el resultado a su favor, pero no sabe o no logra comprender, que esa es otra gran equivocación: la vida no da revanchas, cada situación, cada momento es único, y no aprovecharlo es un grave error, pero mucho más grave aún es pensar que el error puede ser salvado por el mero hecho de haber experimentado el resultado adverso. Lo único que nos puede encaminar hacia la victoria es tomar la decisión correcta en el momento indicado, y para ello no hay fórmulas ni libros de autoayuda que nos sirvan de guía, simplemente hay que hacerlo.
Aunque no puedo dejar de citar al maestro Yoda, quién alguna vez supo decir al respecto:

"hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes"

COMPARTIR |