Riot Grrrls de la prehistoria

Cada vez que se intenta plasmar historias del rock en la pantalla grande, independientemente de la óptica empleada, los resultados no suelen ser del todo satisfactorios. Es inevitable que este tipo de cine termine cayendo en los lugares comunes del "cine del rock" (inevitable porque el rock es un cliché en sí mismo), es así como siempre se repetirán los tópicos harto conocidos por todos: banda de rock en ascenso, logran algo de reconocimiento, primera gira promocional, excesos, regreso a la realidad y conflictos, problemas de ego, separación y menos trascendencia que un atentado en Pakistan. Y eso fue The Runaways en la vida real, una bandita punk pedorra de los años 70, con la novedad de estar conformada solo por chicas, algo inusual para la época. Pero si por algo se recordó a The Runaways en los años venideros no fue precisamente por su música, sino por ser la presentación en sociedad de Joan Jett (interpretada por la "omnipresente" Kristen Stewart) una tipa que supo forjarse una carrera en esto del rock, logrando algún hit junto a los Blackhearts como "I Love Rock 'N Roll", "Bad Reputation" y alguno más. Sin embargo la película está enfocada en la primera vocalista de la banda, Cherie Currie (interpretada por Dakota Fanning, la ex niñita de "I Am Sam" [carajo, como pasa el tiempo]), una pendeja de 16 años, fanática de David Bowie y sin ningún talento para destacar mas allá de su propia belleza, que le sirvió para llamar la atención del productor musical Kim Fowley, artífice intelectual de The Runaways. Es así como a lo largo de la hora y media larga que dura el film, veremos la transformación de Cherie, de niña dulce, inocente, inquieta y pueblerina, a una teenager drogadicta y reventada total (cliches del rock). Dakota es lo mejor de la película, o sea, aparte de que está muy buena (y solo tiene 16 años!) y a pesar de su juventud es una actriz consagrada, quizás la mejor de su generación, y le sobra calle para interpretar el rol de Cherie, agregandole una profundidad y variedad de matices a un personaje que en la vida real no fue más que una rubia bastante pelotuda y del montón. Pero, si como en toda película de rock es sabido que lo importante es la música, está claro que las canciones de The Runaways no son la mejor banda sonora para un proyecto de esta envergadura (jaja ni siquiera para su propia película). Los productores del film conocían esta falencia, por lo que hecharon mano a David Bowie, The Stooges, Sex Pistols y otras bandas de la época que salieron al rescate de lo que hubiese sido un soundtrack de lo mas anodino (a esta altura del artículo ni falta hace que aclare que las Runaways nunca me gustaron). Para terminar solo me falta decir que la dirección del film estuvo a cargo de Floria Sigismondi, una prolífica directora de videoclips musicales, entre los que destaco "Obstacle 1" de Interpol, "Supermassive Black Hole" de Muse y "Blue Orchid" de The White Stripes, entre otros.

COMPARTIR |