Escupiendo el asado

Saturday, September 11, 2010

El nuevo de los "Manics"

El décimo disco de estudio de los Manic Street Preachers ya está disponible (ilegalmente todo está disponible), y creo que debe ser la primera vez que me pasa que en tan solo 24 horas pasé de odiarlo profundamente, a empezar a tomarle cierto cariño, hasta podría decir que me gusta. Postcards From A Young Man (tal es el nombre de esta placa) retoma la senda musical que la banda vino desarrollando desde la desaparición del guitarrista Richey Edwards a mediados de los 90s (y que se vio interrumpida el pasado año con la publicación del magnífico e insuperable Journal For Plague Lovers), o sea, otra vez estamos en presencia de un pop meloso, recontra edulcorado, muy empalagoso, y que se va a la banquina sin asco con la inclusión de coros gospel en algunas canciones. En comparación con su anterior trabajo, es un cambio drástico, aunque lógico. El "Journal..." es como la conclusión de la "etapa Richey Edwards", una deuda pendiente de la banda, un exorcismo necesario a traves del cual volvieron a beber de la fuente bendita del Holy Bible (pedazo de disco del año 94, no me canso de repetirlo) realizando una obra genial, aclamada por la crítica (y por mí! fue mi disco preferido del 2009). Pero ahora, con "Postcards..." ya no hay espíritu que valga, apenas si cuenta con la colaboración de Ian McCulloch y Duff McKagan en un par de canciones (participaciones que pasan bastante desapercibidas) y poco más. El fan de la etapa Send Away The Tigers (2007) estará agradecido, los que queremos el "Holy Bible" en cada nuevo disco, deberemos seguir esperando el milagro de que Richey no este muerto, y que se aparezca con un cuaderno repleto de canciones inéditas bajo el brazo. Pero mas allá de la decepción inicial, ayer a la tarde, mientras me tomaba un fernet y contemplaba el cielo cubierto de nubes oscuras, sumado a ese calorcito casi veraniego que asoma, las canciones del Postcards me empezaron a llegar de un modo diferente, a movilizarme... ese cielo, esa música y ese fernet entraron en comunión, se hicieron uno solo conmigo y algunas canciones como "Some Kind Of Nothingness" o la que da nombre al disco, me resultaron de una belleza conmovedora, una sensación que no me sucede muy a menudo con la música (aunque sí con el fernet jajaja). Habrá que darle más oportunidades, mientras tanto, otras canciones que vale la pena destacar son Don´t Be Evil y All We Make Is Entertainment.

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