Sobre Basile, Bielsa y el Showbol

No voy a ser hipócrita, el "bielsaso" del pasado miercoles era algo que estaba deseando profundamente. El "loco" Bielsa, un fundamentalista islámico del 3-4-3, tenía que ponerle el último clavo al feretro del coco, y al mismo tiempo derrivar para siempre la mentira del futbol de café, ese en el que todos somos técnicos, donde no existen los misterios, y donde todo se soluciona con poner a los enanos para que se coman a los grandotes... sinceramente patético. La conducción tecnica de Alfio Basile fue lamentable durante todas las eliminatorias, armando un equipo para que el gran estratega, Juan Román Riquelme, encargado de administrar todos los balones detenidos, de pausar el juego, de tocar hacia atrás y de dormir a la gente, demuestre no estar a la altura de la exigencia. Pero no nos mientamos, si la selección nacional dejo de apasionar, no se debe unicamente a la indolencia de Riquelme: no trasmitir nada al espectador, no despertar entusiasmo en la gente, es demasiado peso sobre un solo jugador (que no tiene carisma, no puede ser lider y a quién no se lo bancan ni sus propios compañeros), acá las culpas estan bien repartidas e individualizadas. Pero lo que realmente dinamita los ánimos de cualquier aficionado al fútbol es ver a un equipo que no produzca jugadas de gol, que prácticamente no remate al arco. Es como pagar una entrada para ver un show humorístico, y que no haya un gag, un chiste, un algo que te saque una sonrisa. O sea, una estafa.
Podría seguir hablando de Basile, de lo polvos patéticos del panadero Díaz (que falta haría un Galindez), o de la estupidez de jugar dos partidos con la camiseta alternativa para cortar la mala racha (fue lamentable jugarle a Chile de azul! la albiceleste, al igual que la verdeamarela, infunden algun respeto extra).

La verdad es que hoy, un partido de showbol (Showbol: similar futbol sala, 7 jugadores de campo por lado, y uno de ellos debe ser sí o sí Diego Maradona, de lo contrario la disciplina carece de total interés) despierta mas pasión en la gente que un partido de eliminatorias. Y esto a que se debe? tal vez porque el showbol intenta llenar un vacío insalvable: ver al Diego rodeado de un grupo de glorias pasadas (de peso, de tinto, de merca) que corren, meten, juegan y putean defendiendo una camiseta que ni a palos tiene el valor (económico, pero también espiritual) de una albiceleste con escudo de la AFA... Ver a Mancuso trabar de cabeza, a Almeyda revolear patadas tan alevosas como certeras, y compararlo con la entrega de un Heinze o un Zanetti... esta claro que resulta mas atractivo?

Entonces llego a este punto en el cual tengo que caerle encima al otro jugador emblema de la selección. De Riquelme ya esta todo dicho. En mi equipo seguiría estando, incluso de titular, pero que se adapte al equipo! todas las pelotas no pueden pasar por el. Messi: peguemosle a Messi es el deporte nacional "es multimillonario" "no tiene potrero" "no es el gran jugador que dicen" "un invento del marketing" y siguen las firmas... No quiero iniciar una defensa corporativa al pedo. Solo voy a decir que en ésta seleccion es de los que busca salvarse solo, y que en esa busqueda, es de los que mas cerca estuvo de salvarnos a todos. Ya lo dije en el 2006, un equipo con Messi, sí o sí se transforma en un equipo "messidependiente". Como lo es en Barcelona. Entonces la pregunta acá es ¿a quién le damos la 10 y la banda de capitán? a Messi? (una apuesta tan audaz como innecesaria). Si yo fuera el futuro técnico de la seleccion lo siento a messi enfrente mio y le digo "pibe, tomá la 10, la banda de capitán, las llaves de la ciudad y el baston presidencial... vas a poder hacerlo o sentís que es demasiada presión?" y si me responde negativamente, entonces que se vaya a jugar al winning eleven, porque en mi selección jamás lo convocaría.

Antes de cerrar esto, quiero felicitar una vez mas a Marcelo Bielsa, por plantearle a la Argentina el mismo partido que le hizo a Brasil (0-3 de local), un tipo que no conoce el significado del término escarmiento. Sinceramente loco ¡chapó!

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