Cuerpo y sangre

Solo pero acompañado, libre como un pájaro, John Paul George y Ringo (esta vez remasterizados) acuden a mi rescate entrando por la ventana del baño. La jaula siempre estuvo abierta llenando vacíos con cantos de golondrina de un solo verano. Las sábanas revueltas ya no forman un nido, largos cabellos se funden con las plumas de mi almohada, no quiero estar ahí, cuando la madrugada anuncia el final del recorrido, no quiero ser yo quien deba iniciar un nuevo vuelo sin destino.

Estas palabras no hablan de vos, ni de tu cuerpo y sangre, mas que palabras son insectos atrapados en la tela de una viuda negra, una de tantas que han envenenado mis venas (para luego cortarlas). No es tu cuerpo ni es tu sangre, es más de lo que jamas he buscado, tan desconocido como los sueños que nunca tuve, tan profundo como las cicatrices que dibujan mi alma.

Estas palabras son exquisitos cadáveres arrojados a una fosa profunda, no pueden cantar como los pájaros, no pueden volar en el subsuelo, un humo de cigarrillo las envuelve de oscuridad sepulcral... el abismo está cerca, me atrae con la fuerza de toda pasión nociva, mi esperanza se viste de horror cuando el diario del lunes confirma, que la vida fue el único error de la perfección.

Solo pero acompañado, el amor es la muerte, el final se acaba y una nueva mañana nace donde la prosa descansa. El cielo se aleja de mis manos, las estrellas se funden con la oscuridad, presenciarlo no es tan trágico. La noche no llega a su fin, el silencio eterniza la soledad, los pájaros enmudecen su canto, la felicidad es la mitad de un vaso y la belleza flota a su alrededor... las pintas saben mejor cuando las musas invitan (aunque nunca lo agradezca).
Foto: El Hombre Veleta

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