La muerte y todo lo demás
La muerte tiene un don poderoso: el de borrar todo lo malo y potenciar lo bueno. Como dice el refrán no existe muerto malo (o algo así), este mes de junio sirvió para reforzar esa premisa: Durante su vida, era Imposible dudar del inmenso talento artístico de Fernando Peña, ahora que murió sabemos que era un genio y que nunca existió algo parecido en la historia de la radio. Michael Jackson en vida fue un gran músico, capaz de fusionar el funk con el soul y hacerlo pop, ahora que murió me doy cuenta que Smooth criminal es una canción enorme (y los niños? y el rancho neverland?) y asi siguen los ejemplos: Kurt Cobain era un adicto, depresivo, inseguro, etc etc después de muerto fue la voz de una generación. Lennon después de perecer fue el creador de la paz y el amor y Perón inventó la visión de rayos X...

Parece que culturalmente estamos diseñados para ser racionales y críticos con ciertas figuras que se destacan por encima de la media, pero que cuando estos la palman, ahi nomas nos damos vuelta como panqueques y nos convertimos en bobos emocionales que se la pasan llorando por el talento que se fue. Pasa exactamente lo mismo cuando se termina una relación sentimental: al principio te sentís liberado de las pelotudeces que te hartaban hasta ese momento, pero después te das cuenta que el resto de las otras cosas (pelotudeces incluídas) merecían aunque sea un ultimo esfuerzo. La muerte multiplica esa sensación: cuando Michael explica con ingenuidad que dormir con niños es algo muy gratificante, dan ganas de decir "Ay, que tieeerno!!"
La muerte es maravillosa, si Michael Jackson, ponele, vivía hasta los 80 años, jamás hubiese vuelto a escuchar un disco suyo. Pero desde el 25 de junio descubrí que hay tres o cuatro canciones que se dejan escuchar (ademas de las de siempre). Y eso es exactamente la muerte, es un recordatorio, especie de ayudamemoria in extremis, de que nunca es tarde para decir: Annie are you OK?

Parece que culturalmente estamos diseñados para ser racionales y críticos con ciertas figuras que se destacan por encima de la media, pero que cuando estos la palman, ahi nomas nos damos vuelta como panqueques y nos convertimos en bobos emocionales que se la pasan llorando por el talento que se fue. Pasa exactamente lo mismo cuando se termina una relación sentimental: al principio te sentís liberado de las pelotudeces que te hartaban hasta ese momento, pero después te das cuenta que el resto de las otras cosas (pelotudeces incluídas) merecían aunque sea un ultimo esfuerzo. La muerte multiplica esa sensación: cuando Michael explica con ingenuidad que dormir con niños es algo muy gratificante, dan ganas de decir "Ay, que tieeerno!!"
La muerte es maravillosa, si Michael Jackson, ponele, vivía hasta los 80 años, jamás hubiese vuelto a escuchar un disco suyo. Pero desde el 25 de junio descubrí que hay tres o cuatro canciones que se dejan escuchar (ademas de las de siempre). Y eso es exactamente la muerte, es un recordatorio, especie de ayudamemoria in extremis, de que nunca es tarde para decir: Annie are you OK?

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