Anales de Escupiendo el Asado - Edición 2006

Personaje freak del año: "Blanquito"
Frase del año: "antes al menos eras arrogante, ahora sos un autista" (Matilde)
Personaje "cool" del año: Flor
Apodo del año: kohinoor (perdón maru!)
Lección del año: "las mujeres nunca dicen la verdad" (luis)
Logro deportivo del año: el subcampeonato de la Mandarina Mecánica
Hazaña deportiva del año: Pomelo atajando penales
Momento más "heavy" del año: cuando Nico arrojó mi vaso con cerveza sobre unos rolingas al grito de "éste lugar está lleno de Lavezzis!!"
Objeto bizarro del año: los unipesos
Borracho del año: Nico
Desaparición del año: Sandra
Muerte del año: la de Riquelme
Adjetivo del año: cucarachear (luis)
Beso del año: el que me dio una militante de EU, a cambio de que los vote
Boluda del año: la militante de EU. Obviamente, tiene que ser muy boluda si piensa que por un beso los iba a votar (ahora, si además del beso me ofrecía algo más tal vez lo hubiera pensado mejor... jajaja)
Levante "freak" del año (otro galardón para mí): la prima de Pablo Rotchen
El viaje que no fue: el de Manu a España
Película del año: "me quedé ciego"

El Gitano en su mejor performance!!

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Teorizando sobre pelotudeces: "dime como me llamas y te diré quién eres"

Ahora que tengo algo más de tiempo para perder, estoy entregadísimo a los pensamientos superfluos (o pelotudos). Es así como en una de estas particulares sesiones de pelotudez introspectiva, me acabo de tropezar con un hallazgo sorprendente: la forma que emplea la gente para nombrarme determina, en la mayoría de los casos y casi inconscientemente diría, el rumbo futuro de la relación.

Por las dudas, aclaro que me llamo Juan Pablo (ok, para los que saben que hay un tercer nombre les ruego guarden silencio). Es un nombre compuesto y no concibo la idea de separar uno del otro. Si alguien me pregunta cómo me llamo, la respuesta no será ni Juan ni Pablo: soy Juan Pablo!.
Pero claro, no me voy a poner exigente con una boludez así, por lo tanto cualquiera puede llamarme como se le dé la gana. Juan, Pablo, Juampi, JP, Juampa, etc son algunas de las tantas maneras de referirse a mi persona.
Y éste es el punto al que quería llegar: no es algo premeditado, pero cualquiera de las formas anteriores utilizadas para llamarme conducen a tipos de relaciones muy dispares. Para hacerlo más sencillo:

Los que me llaman Juan: generalmente son personas muy confianzudas. Tienen tendencia al abrazo y al contacto corporal de forma casi constante. Dependiendo la persona, es algo que puede llegar a molestarme. El vinculo es fuerte, aunque sofocante.

Los que me llaman Pablo: con estas personas tengo tendencia a encariñarme rápidamente. Generalmente las mujeres que me llaman así suelen ser objeto de mi afecto, un afecto que, de algún modo, siempre es correspondido. Sin embargo, por contradictorio que parezca, el vínculo es extremadamente frágil, pero no efímero.

Los que me llaman Juan Pablo: con estos no puede haber conflicto alguno. Saben muy bién lo que quiero y me complacen. Lástima que son la minoría.

Los que me dicen "Juanpi": garcas en potencia. Traicioneros latentes. Gente a la que hay que tenerle sumo respeto; nunca sabés cuando te la van a mandar a guardar.

Los que me dicen JP: inclasificables. En principio vagos (solo usan dos letras para no gastar más saliva con el resto del nombre), aunque en el fondo son gente de confianza. El vínculo es fuerte, pero en algunos casos indecifrable.

Los que me dicen Pablis: enfermos mentales crónicos. Generalmente tías lejanas que solo veo en las fiestas de fín de año y no paran de preguntarme; Y? ya te recibiste?

Los que me dicen Juancho: aahhh bueno. Acá nos tapó el agua. Estos son los campeones de la estupidez. Descerebrados totales, aún no lograron superar el complejo de Edipo. Si son hombres: son gordos y con incipiente calvicie, caminan revoleando la llave del Fiat 128 a cada lugar al que van y son hinchas de Boca. Si son mujeres: descuidan mucho su imagen, no se depilan el bello facial y son lesbianas en potencia (si no es que ya los son). Yo trato de alejarme de ésta gente, pero siempre hay uno a la vuelta de la esquina...

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The drugs don't work

Desde que me desperté que no deja de sonar ésta canción en mi cabeza. Es casi enfermizo. Menos mal que es una gran canción.

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¿Por qué a todas les gusta Sabina?

En los últimos años ha empezado a producirse un fenómeno cuyo crecimiento cada vez es más preocupante: el delirio argentino por Joaquín Sabina. Hace cosa de 5 años atrás, recuerdo, no existía un puto bar donde no se realizara un "homenaje a Sabina". Y esos homenajes eran, por razones ajenas a mi entendimiento, muy populares; el 90% del público asistente eran estudiantes universitarios, preferentemente mujeres, y en su mayoría estudiantes de Filosofía y Letras de la UBA (supongo que ahí se produjo el primer foco de "sabinismo" en el país.) Al poco tiempo, mi humilde poder de observación y análisis pudo detectar como las descerebradas "arjonistas" también eran absorbidas por el "sabinismo", dando lugar a una especie de hermandad de tribus amazónicas, unión peligrosa y territorial si las hay, cuyo resultado es el "despelotismo desnaturalizado" que habita en la mayoría de las mentes femeninas que han sido afectadas por dicho fenómeno.

Ahora bién, ¿qué es lo que tiene Sabina que tanto gusta a las mujeres? Responder esto es fácil y difícil al mismo tiempo. Para empezar, se puede decir que Sabina representa al típico bohemio, fenotipo existente en cuanto sujeto vago, borracho, drogadicto y putañero habita sobre la faz de la tierra. Nada del otro mundo, nada especial por ese lado, pero continuemos...
El hombre en cuestión se define como un poeta, un Baudelaire (todos los borrachos putañeros que alguna vez escribieron algo, aunque sea una carta a la madre, piensan igual), cantante bastante malo, y como músico no existe, teniendo en cuenta que de la parte estrictamente musical de sus composiciones nunca se hizo cargo.
Carisma? Sí, claro. Que borracho no tiene carísma?
Talento? Y... sí, que borracho no tiene talento?
Facha? En base a la alícuota de mujeres consultadas para realizar este ensayo, debería decir que sí. Aunque algunas fantasean con la idea de que Sabina es una especie de tío bufarra y toquetón...
Y a todo esto, ¿cómo ve Sabina a la mujer? Ni más ni menos que como un objeto. Un ser inferior, un pedazo de carne que debe someterse a sus caprichos. Un cubo de hielo más en su vaso de whisky. Y nada más... ey! Acá ya tengo algo!

Sabina representa todo aquello que la mujer espera de un hombre: MALTRATO. Claro, acá esta la clave! Ellas fantasean con ser las putas que describe en sus canciones. La humillación, el maltrato, el desprecio y el machísmo "sabinista" deben resultar muy atrayentes para el tan bastardeado sexo femenino.

Y es muy comprensible, después de todo, que mujer podría resistirse a la vejación poético / literaria?...


Vístete de putita, corazón,
vuélveme loco.
Ponte esas braguitas de nylón
y luego te las quitas poco a poco.
No me tengas a dieta,
me queda una chinita para un peta
y un disco de boleros
para jugar contigo, a menos de una cuarta de tu ombligo,
a mancharte de tarta los ligueros.
("Ya eyaculé")

Ninguna zorra vale ese dinero, pensé,
mientras dejaba mi sombrero nuevo en el guardarropa,
cantaba regular, pero movía el culo, con un swing,
que derretía el hielo de las copas.
("El Caso De La Rubia Platino")

Rana salió la princesita:
falda, tacón y unas braguitas de quita y pon.
Rubia de bote, sin corazón, y en el escote, la ermita del deseo,
donde se arrodillan los ateos.
("Me Plantó La Princesita Azul")

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Top 10: canciones del 2006

No puedo esquivar el típico cliché de realizar un balance musical del año que se va (sí, ya sé, soy un cliché). Estas son las 10 mejores canciones del 2006 (o al menos las que mas escuché), por lo menos así lo veo yo!

1_ "You have killed me" (Morrissey): acá no hay dudas, éste es el tema del año, no hay vuelta que darle.
2_ "When you were young" (The Killers): el disco más esperado del año resultó ser una auténtica desilusión, sin embargo, el primer corte de difusión es un hit implacable.
3_ "Scared" (Albert Hammond Jr.): el disco debut del guitarrista de los Strokes es una revelación absoluta. Personalmente, yo pensaba que Hammond Jr solo cumplía el rol de agregarle más onda con su ruluda cabellera a la banda de Nueva York, relegando a un segundo plano al que sí toca la viola en serio, Nick Valensi. Pero me tapó la boca.
4_ "You Only Live Once" (The Strokes): es una de las canciones que más escuché en el año sin ser mi preferida del disco (que loco no?). Debe ser una de las pocas veces que se escucha nítidamente la voz de Julian Casablancas "cantando".
5_ "Adiós" (Gustavo Cerati): tal vez "la exceción" hubiera sido la elección más adecuada, y es verdad, es un hit demoledor. Pero no jodamos!, en un momento de la canción Cerati tira la frase "nena llevame a un lugar, con parlantes..." y no, definitivamente una frase así arruina una canción. "Adios" es más mejor, y cuando la escuché por primera vez me re-llegó loco, vite?.
6_ "Gold Lion" (Yeah Yeah Yeahs): tema muy groso, con unas guitarras acústicas que no desentonan para nada, y la puta esa de Karen O la verdad que canta bastante bién. "Show your bones" es uno de esos discos que no hay que dejar pasar.
7_ "Infra-Red" (Placebo): la canción que más he disfrutado arriva de un bondi. Eso es todo un logro. Además es 100% apta para escuchar en éstas vacaciones mientras se maneja en la ruta, pero de noche, nunca de día.
8_ "Puta desagradecida" (Bunbury&Vegas): la mejor canción de Bunbury de los últimos tiempos. Y con eso está todo dicho.
9_ "Supermassive Black Hole" (Muse): lo que parecía ser en sus comienzos una banda homenaje a Radiohead, hoy es un grupo con vuelo propio. En "Black Holes and Revelations" lo confirman, y "Supermassive Black Hole" es un tema que no sé por qué mierda no escuché sonar más tiempo en las radios. Y el video es buenísimo!
10_ "Black Swan" (Thom Yorke): Vamos al grano; el disco solista de Thom Yorke no me gusta, al igual que todo lo que editó Radiohead desde "Kid A" en adelante. Radiohead para mí ya está muerto, y no me interesa nada de lo que hagan en el futuro. Y "Black Swan" es la típica canción Radiohead del siglo XXI, para que los nostálgicos de la etapa de Pablo Honey la escuchen y digan "ahhh que tiempos aquellos...". Es pegadiza, está buena, tiene una onda ambient que no le queda nada mal, pero... que tiempos aquellos.

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El tiempo de las cerezas

Quien mas o menos haya seguido este blog desde sus inicicios, sabrá que Enrique Bunbury es casi un padre, una especie de gurú o guía espiritual para mí (como "Virgen Bueno" lo es para Leticia Brédice). El hombre que junto a Héroes del Silencio forjó el rock español de España (1988), y tiempo después se encargó de eliminarlo con la disolución de dicha banda(1996), es mucho más de lo que aparenta. Voy a ser lo más gráfico posible: las composiciones de Enrique Bunbury pertenecientes a su etapa en HdS (o sea, todas ellas antes de llegar a los 30 años), son dignas de ser compiladas en un libro de poemas que se titule "Las flores del mal II", aunque poner a Baudelaire a la altura de Bunbury sea una falta de respeto para con el zaragozano... Bunbury está entre los 10 mejores letristas del siglo XX, a la altura de un Dylan, Tom Waits, Nick Cave o el que sea. Nada más.

Pero luego, con la separación de HdS, llegó una nueva etapa para Enrique, la etapa de la "madurez", término que le encanta utilizar a esa masa homogénea de boludos que se hace llamar crítica "especializada". Y la madurez no es otra cosa que bajar un cambio, parar la pelota, dejar de lado la furia del rock&roll y empezar a mirar para adentro de uno mismo: es cuando el artista se da cuenta que la vida sigue a pesar de todo, y hay que conservarla. La posterior carrera solista de Bunbury podría encuadrarse en esos lineamientos. Es el pasaje del rock hacia el pop.
Y Bunbury solista cayó mucho respecto a sus composiciones anteriores: sus letras ya no suenan a sentencias inapelables, es como si se hubiera bajado del lugar de Dios para ocupar el sitio de un mortal más, la grandilocuencia dió paso a la sencillez. Este Bunbury contemporáneo hace de lo universal un particular (exactamente lo inverso a la época en Heroes, su juventud).
Después de decir todo esto, debería concluir con que Bunbury hoy es una sombra de lo que fué... bah una mierda. Pero no, nada que ver.

"El tiempo de las cerezas" es el nombre del nuevo disco que Enrique Bunbury acaba de editar en colaboración con Nacho Vegas, un cantautor gallego del que tengo muy pocas referencias. Bunbury & Vegas compusieron 9 canciones cada uno y las metieron en un disco doble cuyo resultado es sencillamente sorprendente. Casi todas sus composiciones transitan por el resentimiento, la resignación, el patetismo, el desengaño (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia), y sí, el denominador común es la mujer. Las canciones de Bunbury son las mejores a mi entender, pero Vegas no está tan mal. Quienes tengan la posibilidad de conseguirlo, sean o no simpatizantes de Bunbury, deberían darle una chance.
Canciones que se destacan: "Welcome to el callejón sin salida", "De esclavitud y de cadenas", "Puta desagradecida" y "No fue bueno, pero fue lo mejor" (todas de Bunbury, claro)


Malas noticias, hay que cargarse al mensajero,
la manzana está podrida
y creíste a la serpiente mala suerte.
No hiciste caso, es lo que querías.
Junto a la fuente el cántaro quebrado,
el veredicto está claro: soporta tu cruz.
("Puta desagradecida")

Y dónde el ratoncito Pérez,
el scalextric y el Ibertren?
Y los putos Reyes Magos dónde están?
("No fue bueno, pero fue lo mejor")

QUERIENDOTE COMO YA NO SE ESTILA, SIN UNA GOTA DE DECENCIA,
ME CASARIA CONTIGO TODAS LAS VECES SIEMPRE QUE SEA ESTRICTAMENTE NECESARIO, PORQUE ERES EN MI CASO LO QUE LA FE SUELE SER PARA LOS DESESPERDADOS,
QUIZA SUPERSTICION, QUIZAS VOCACION DE SUICIDA INCANDECENTE SIN UNA GOTA DE CORDURA.
("De esclavitud y de cadenas")

no te preocupes por mi soy como los gatos y caigo de pie..
y no me duele cuando me hacen daño
("El tiempo de las cerezas")

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El plus de estar muerto II

Un día como hoy, hace 26 años, Mark Chapman realizaba uno de los mayores aportes a la historia del arte.

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6/12/2007

A partir de éste momento solo quedan 365 días hasta alcanzar mi fecha de vencimiento. Carajo, solo tenía 14 años cuando me hice "la" promesa. Pero el tiempo me tomó por asalto. Y yo no soy esa clase de sujetos que prometen y luego no cumplen. Y mucho menos sí se trata de una promesa hecha a mí mísmo.
En fin... a disfrutar lo que resta de aquí hasta entonces. 1 año es 1 año.

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