Escupiendo el asado

Thursday, September 30, 2010

Ella y el culo

Siempre, desde tiempos remotos, sucede que en toda reunión masculina, esas donde el asado y el vino abundan (en cantidad, mas no en calidad), se plantea una y otra vez aquel apasionante, inacabable e inabarcable dilema, ese que te obliga sí o sí a tomar una postura firme, en un tema sobre el que dudar no está permitido, un debate que no admite tibiezas: por supuesto, estoy hablando del clásico tetas o culos. Las posturas mas firmes e irreductibles esgrimirán el mas positivista e inclaudicable de sus argumentos, ese que comienza con la frase "está científicamente comprobado..." (wow la santa ciencia) y continúa con "...que lo primero que un hombre observa en una mujer son sus tetas". Pero, lo que la ciencia no termina de aclarar (o quizás no le convenga), es el verdadero motivo por el cual se produce esta predominancia de glándulas mamarias en el espectro visual masculino. Y la explicación es sencilla: cuando las tetas se acercan son amenazantes, vienen hacia vos, no hay escapatoria, cuando se aproximan su presencia invasiva es alarmante, por lo que fijar la mirada en ellas no solo resulta inevitable sino que hasta necesario, es un reflejo pavloviano ante un fuerte estímulo visual, es más un acto de supervivencia que una elección personal. Independientemente del tamaño, textura y pulposidad de las tetas, el regodeo visual másculino sucederá en una segunda instancia, una vez superado el desconcertante shock inicial.

El culo es absulotamente todo lo contrario a las tetas. Los defensores del culo (entre los cuales me suscribo) lo sabemos muy bién: para nosotros el culo es pura utopía. El culo jamás viene hacia vos, hay que perseguirlo, es un objeto de deseo en permanente huída, y el amante del culo es un eterno pescador de ilusiones. El culo es instantáneo, lo viste y te gustó, la impronta de un culo portentoso puede grabarse en la retina de un hombre por varias horas (a veces días). El culo de una mujer que pasa es un imán para la vista, la mas eficáz y mortal de las carnadas, un trozo de queso a partir al medio depositado en la ratonera de la vida.Entre todas la categorías de culos que tuve el placer de catalogar a lo largo de mi (corta) vida, el culo en calzas deportivas sin lugar a dudas se merece un apartado especial. Se trata de un culo característico en el fenotipo de las personal trainers, sometido a un exhaustivo entrenamiento rutinario con el único fin de evitar el desmoronamiento lógico por el desgaste de los años. Pasar por un gimnasio y observar esos culos encalzados, haciendo sentadillas, dandole duro a la bicicleta, pedaleando contra la gravedad, rebelándose contra un destino de flacidez inexorable, es un acto de heroicidad conmovedor. Estos culos no son exclusivos del gym, también pueden divisarse en los parques o en las plazas, trotando en circulos, trazando una cadencia de movimientos símil a una plataforma circular giratoria perfecta, cual calesita de los deseos culeros... cómo no aferrarse a la sortija y exigir la vuelta adicional? Eso es el culo señores, eso es todo lo que es.

Fotografía por Matilde Moyano

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Thursday, September 23, 2010

R. I. P. "NN"

Richey James Edwards necesitaba una mascota...

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Saturday, September 11, 2010

El nuevo de los "Manics"

El décimo disco de estudio de los Manic Street Preachers ya está disponible (ilegalmente todo está disponible), y creo que debe ser la primera vez que me pasa que en tan solo 24 horas pasé de odiarlo profundamente, a empezar a tomarle cierto cariño, hasta podría decir que me gusta. Postcards From A Young Man (tal es el nombre de esta placa) retoma la senda musical que la banda vino desarrollando desde la desaparición del guitarrista Richey Edwards a mediados de los 90s (y que se vio interrumpida el pasado año con la publicación del magnífico e insuperable Journal For Plague Lovers), o sea, otra vez estamos en presencia de un pop meloso, recontra edulcorado, muy empalagoso, y que se va a la banquina sin asco con la inclusión de coros gospel en algunas canciones. En comparación con su anterior trabajo, es un cambio drástico, aunque lógico. El "Journal..." es como la conclusión de la "etapa Richey Edwards", una deuda pendiente de la banda, un exorcismo necesario a traves del cual volvieron a beber de la fuente bendita del Holy Bible (pedazo de disco del año 94, no me canso de repetirlo) realizando una obra genial, aclamada por la crítica (y por mí! fue mi disco preferido del 2009). Pero ahora, con "Postcards..." ya no hay espíritu que valga, apenas si cuenta con la colaboración de Ian McCulloch y Duff McKagan en un par de canciones (participaciones que pasan bastante desapercibidas) y poco más. El fan de la etapa Send Away The Tigers (2007) estará agradecido, los que queremos el "Holy Bible" en cada nuevo disco, deberemos seguir esperando el milagro de que Richey no este muerto, y que se aparezca con un cuaderno repleto de canciones inéditas bajo el brazo. Pero mas allá de la decepción inicial, ayer a la tarde, mientras me tomaba un fernet y contemplaba el cielo cubierto de nubes oscuras, sumado a ese calorcito casi veraniego que asoma, las canciones del Postcards me empezaron a llegar de un modo diferente, a movilizarme... ese cielo, esa música y ese fernet entraron en comunión, se hicieron uno solo conmigo y algunas canciones como "Some Kind Of Nothingness" o la que da nombre al disco, me resultaron de una belleza conmovedora, una sensación que no me sucede muy a menudo con la música (aunque sí con el fernet jajaja). Habrá que darle más oportunidades, mientras tanto, otras canciones que vale la pena destacar son Don´t Be Evil y All We Make Is Entertainment.

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Wednesday, September 08, 2010

DIOS Scola