Soy el león domado
El pasado viernes 21 de septiembre estuve ahí, fui una mas de las 30.000 almas reunidas para presenciar un acontecimiento de esos que dificilmente se vuelvan a repetir: el retorno de la mejor banda de rock en habla hispana de todos los tiempos, Héroes del Silencio.
Las primeras sensaciones que tuve ni bien arrancó el show fueron bastante confusas: el comienzo con "el estanque", seguido de una descafeínada "deshacer el mundo" me dejó un par de certezas. La banda sonaba bien pero tampoco eran el derroche de energía que supieron ser 10 años atrás, en tanto que la gente era pura adrenalína, todos cantábamos todas las canciones, o mejor dicho las gritábamos con la vana intención de equiparar el registro vocal de Enrique Bunbury, inalterable a pesar del paso de los años. Pero éste dato, sumado al volumen no muy alto que salían de los altoparlantes, provocaba que la voz de la muchedumbre se impusiera por sobre el sonido de los héroes, y las primeras quejas del soberano se hicieron escuchar. Bunbury diría al respecto con su impecable tonada aragonesa "pero cómo? que no se escucha? (obteniendo un multitudinario NOOOO como respuesta)... pues, es porque ustedes cantan muy fuerte". Para cuando arrancó el segmento semiacústico, este problema ya estaba mas o menos solucionado. Esta fue la primer parte del show que empecé a disfrutar de verdad, fue un placer escuchar "la herida" o "fuente esperanza" con un sonido tan limpio y cuidado. Precisamente fue durante el acústico cuando se produjo el primer gran momento emotivo del show, con una brillante interpretación de "no mas lágrimas" sorprendentemente coreada por todo el estadio, con pogo incluído. Para ese momento deseaba que el segmento acústico se hiciera eterno: es que definitivamente muchas de sus canciones se disfrutan más en éste formato, y teniendo en cuenta lo poco convincentes que me habían parecido en el arranque... pero... ... lo mejor estaba por venir.La furia de la banda emergió en toda su plenitud con una seguidilla de hits potentes: "nuestros nombres", "entre dos tierras", "maldito duende", "iberia sumergida", "avalancha", etc. Fue algo brutal, en la mitad de iberia sumergida me quedé sin voz, avalancha apenas la pude balbucear, y a muchos les empezaba a suceder lo mismo, el público extasiado necesitaba un descanso. Pero Bunbury, en cambio, seguía como si nada, era puro derroche de energía moviendose de un extremo al otro del escenario, pasarela mediante, cantando con una voz que supera la estatura de su leyenda. Después de un breve descanso, el segundo gran momento de la noche vino de la mano de "la chispa adecuada", situación ideal para estar acompañado de una mujer (asi fuera tu hermana) y besarla apasionadamente.
Y las canciones se sucedían una tras otra, ya se habían superado largamente las 2 horas de recital, el regreso de los heroes parecía ser eterno y la gente no podía mas que estar agradecida, se estaba viviendo una verdadera fiesta. El cierre vino de la mano de la que para mí es una de las mejores, sino la mejor, canción de los Héroes "en brazos de la fiebre", tema cuya letra es poesía absoluta, digna de la pluma del mejor Baudelaire. Que loco era sentir a un estadio entero cantar una frase como "en la piel de una gota/mis alas volvieron rotas/y entre otras cosas/ya no escriben con tinta de luz"... o sea, se imaginan a Jorge Luis Borges en un estadio lleno, recitando desde el escenario alguno de sus mejores poemas para toda una multitud visiblemente emocionada, que además lo acompaña en cada uno de sus versos? Sencillamente impagable.
Si me tengo que quedar con una imagen del regreso de Héroes del Silencio, esta se produjo durante una de las ultimas canciones del show (no estoy seguro si fue en "tesoro") cuando Bunbury caminando lentamente por la pasarela fijaba su mirada en cada uno de los que estaban a escazos metros de él, y claro, yo era uno de ellos, cantando como un desaforado a riesgo de perder la garganta esa misma noche. Cuando me miró a los ojos tuve miedo de decirle algo gay, y que esto se entienda bien (mi heterosexualidad está fuera de toda discusión!), se trata de un groso de verdad, que encima la rompió, realizando el que tal vez sea el mejor recital que ví en mi vida y que difícilmente pueda ser superado... en fin, solo me salió decirle gracias. Gracias... totales.
Lo peor:
_El volumen demasiado bajo al principio
_Los desaforados (entre los que me incluyo) que fuimos a cantar todas y cada una de las canciones, y que no dejamos disfrutar al público mas tranqui
_que a un amigo le afanaron la billetera
_no tener una chica a mi lado en el momento en que sonó la chispa
_la insoportable publicidad del turismo de zaragoza
Lo mejor:
_la escenografía, majestuosa
_que mi amigo recuperó la billetera, aunque sin un peso
_que hayan tocado "bendecida"
Las primeras sensaciones que tuve ni bien arrancó el show fueron bastante confusas: el comienzo con "el estanque", seguido de una descafeínada "deshacer el mundo" me dejó un par de certezas. La banda sonaba bien pero tampoco eran el derroche de energía que supieron ser 10 años atrás, en tanto que la gente era pura adrenalína, todos cantábamos todas las canciones, o mejor dicho las gritábamos con la vana intención de equiparar el registro vocal de Enrique Bunbury, inalterable a pesar del paso de los años. Pero éste dato, sumado al volumen no muy alto que salían de los altoparlantes, provocaba que la voz de la muchedumbre se impusiera por sobre el sonido de los héroes, y las primeras quejas del soberano se hicieron escuchar. Bunbury diría al respecto con su impecable tonada aragonesa "pero cómo? que no se escucha? (obteniendo un multitudinario NOOOO como respuesta)... pues, es porque ustedes cantan muy fuerte". Para cuando arrancó el segmento semiacústico, este problema ya estaba mas o menos solucionado. Esta fue la primer parte del show que empecé a disfrutar de verdad, fue un placer escuchar "la herida" o "fuente esperanza" con un sonido tan limpio y cuidado. Precisamente fue durante el acústico cuando se produjo el primer gran momento emotivo del show, con una brillante interpretación de "no mas lágrimas" sorprendentemente coreada por todo el estadio, con pogo incluído. Para ese momento deseaba que el segmento acústico se hiciera eterno: es que definitivamente muchas de sus canciones se disfrutan más en éste formato, y teniendo en cuenta lo poco convincentes que me habían parecido en el arranque... pero... ... lo mejor estaba por venir.La furia de la banda emergió en toda su plenitud con una seguidilla de hits potentes: "nuestros nombres", "entre dos tierras", "maldito duende", "iberia sumergida", "avalancha", etc. Fue algo brutal, en la mitad de iberia sumergida me quedé sin voz, avalancha apenas la pude balbucear, y a muchos les empezaba a suceder lo mismo, el público extasiado necesitaba un descanso. Pero Bunbury, en cambio, seguía como si nada, era puro derroche de energía moviendose de un extremo al otro del escenario, pasarela mediante, cantando con una voz que supera la estatura de su leyenda. Después de un breve descanso, el segundo gran momento de la noche vino de la mano de "la chispa adecuada", situación ideal para estar acompañado de una mujer (asi fuera tu hermana) y besarla apasionadamente.
Y las canciones se sucedían una tras otra, ya se habían superado largamente las 2 horas de recital, el regreso de los heroes parecía ser eterno y la gente no podía mas que estar agradecida, se estaba viviendo una verdadera fiesta. El cierre vino de la mano de la que para mí es una de las mejores, sino la mejor, canción de los Héroes "en brazos de la fiebre", tema cuya letra es poesía absoluta, digna de la pluma del mejor Baudelaire. Que loco era sentir a un estadio entero cantar una frase como "en la piel de una gota/mis alas volvieron rotas/y entre otras cosas/ya no escriben con tinta de luz"... o sea, se imaginan a Jorge Luis Borges en un estadio lleno, recitando desde el escenario alguno de sus mejores poemas para toda una multitud visiblemente emocionada, que además lo acompaña en cada uno de sus versos? Sencillamente impagable.
Si me tengo que quedar con una imagen del regreso de Héroes del Silencio, esta se produjo durante una de las ultimas canciones del show (no estoy seguro si fue en "tesoro") cuando Bunbury caminando lentamente por la pasarela fijaba su mirada en cada uno de los que estaban a escazos metros de él, y claro, yo era uno de ellos, cantando como un desaforado a riesgo de perder la garganta esa misma noche. Cuando me miró a los ojos tuve miedo de decirle algo gay, y que esto se entienda bien (mi heterosexualidad está fuera de toda discusión!), se trata de un groso de verdad, que encima la rompió, realizando el que tal vez sea el mejor recital que ví en mi vida y que difícilmente pueda ser superado... en fin, solo me salió decirle gracias. Gracias... totales.
Lo peor:
_El volumen demasiado bajo al principio
_Los desaforados (entre los que me incluyo) que fuimos a cantar todas y cada una de las canciones, y que no dejamos disfrutar al público mas tranqui
_que a un amigo le afanaron la billetera
_no tener una chica a mi lado en el momento en que sonó la chispa
_la insoportable publicidad del turismo de zaragoza
Lo mejor:
_la escenografía, majestuosa
_que mi amigo recuperó la billetera, aunque sin un peso
_que hayan tocado "bendecida"