Memory Almost Full
Labels: Disperso
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En el ambiente del fútbol existe una mentira enorme, un tocuen que nos quieren vender aquellos iluminados que enarbolan la bandera romántica del buen juego, mediante un discurso que viene arraigado al origen de este deporte: o sea, esto es un juego. Es un juego y como tal solo importa divertirse, disfrutar, jugar lindo y como consecuencia de todo ello, ganar. Por lo tanto, se gana porque se juega lindo y no hay mas misterios. En ese ideal romántico-futbolístico siempre gana el mejor, sin discusión. Es un mundo idílico donde los mejores deben competir contra los mejores para saber quien es el mejor entre los mejores. Pero... -y esto es algo que ya todos sabemos- el triunfo no siempre es un premio exclusivo para los mejores. La mediocridad bien organizada puede dar pelea en ambientes donde por naturaleza, ni deberían presentarse a competir. Y la mediocridad MUY bien organizada puede mandar e imponer sus propias condiciones. Los románticos del balón se horrorizan ante frases como “no hay que dejar jugar”, “hay que neutralizar al oponente”, “hay que hacer tiempo”, “raspemos por turnos”, “hagamos falta táctica”. Todo ello es un cocktail venenoso que está al servicio de quitarle belleza al juego. ¿Para que sirve un jugador multifunción? ¿y los carrileros? Inventos posmodernos que tratan de arrebatarle la poca magia que le queda al fútbol. Pero lo que verdaderamente se esconde detrás de este malestar, es el temor a perder la hegemonía del mejor, la dictadura del virtuoso. Un mundo que se somete al reinado del mejor, siempre será un mundo mejor. O al menos eso pensarán ellos, peronistas del fútbol... Yo soy mourinhista a ultranza. A mí, como a casi todo el mundo, me gusta dejarme embelezar los sentidos ante la delicadeza del buen juego, pero mas me seduce el resultado. Me gusta ir al golpe por golpe cuando estoy en igualdad de condiciones. Pero jamás me voy a agachar ante el mejor (y mas después de comerme 5). Yo no tengo problemas en admitir que el mejor es el mejor, pero eso sí, no se te ocurra ganarme. El romántico del balón hasta encuentra consuelo en la derrota: “y que querés? perdí contra el mejor, pero al menos lo dejé todo”. Horror. El triunfo es el combustible de la mediocridad, aquello que legitima la infructuosidad de nadar contra la corriente. Quizás su único fundamento. Y si hay que disfrazarse de prostituta para ganar, bienvenido sea. (Se juega como se vive, primera parte 4/4/2006) |
Labels: Filosofía barata, Fútbol
Esto es muy gracioso. Pensar que hace unos meses atrás decía que no volvería a escribir sobre música en este blog con la asiduidad de antes, y últimamente eso es lo único que hago... pero con motivos fundamentados! Dave Grohl me obliga a hacerlo, justamente el mismo día en que se cumplieron 17 años del suicidio de Kurt Cobain. Nada es casualidad. Wasting Light, último LP de los Foo Fighters, tiene a Butch Vig (productor de Nevermind) en la producción del álbum, a Krist Novoselic (bajista de Nirvana) participando en la canción I Should Have Known, y el retorno de Pat Smear a la banda (tras 14 años de alejamiento) quien fuera parte de Nirvana en la gira de In Utero... Sí, todo lo anterior no son mas que datos nerds, que poco o nada aportan si el disco es una mierda. Pero éste no es el caso, por supuesto. La simple acción de darle play al primer tema, Bridge Burning, es toda una experiencia “noventosa”. Que pedazo de canción! (bah, ya es una sana costumbre de los FF iniciar un LP con su mejor canción, desde One By One, lo vienen haciendo). Con el volumen lo suficientemente elevado y con los auriculares correctos, solo se puede llegar a una simple conclusión: es el mejor inicio de un álbum en años. Y luego viene Rope, y Dear Rosemary, y Arlandria, y el nivel no decae, y el sonido que atrasa 20 años es casi una bendición. Que hermosos eran los 90s! época en que Korg y demás sintetizadores musicales por el estilo eran malas palabras. O sea, si el fútbol es 4-4-2, el rock es bajo, batería y guitarras. Fundamentalismo a ultranza, y a otra cosa. Wasting Light vuelve a poner el rock de guitarras en lo mas alto, de la única manera que se puede hacer: volviendo a lo básico. De hecho, el disco se grabó en el estudio de grabación/garage de la casa de Grohl. Ni Abbey Road ni iglesias abandonadas, un garage. Las composiciones recuperan la frescura de los 2 primeros discos, y gran responsable de ello son las 6 cuerdas de Pat Smear, tipo que puede golpearse el pecho y decir “yo participé en los mejores discos de Foo Fighters” (además de tocar junto a Cobain, y ser miembro fundador de The Germs, banda seminal del punk rock norteamericano). Aunque suene arriesgado decirlo a esta altura de la temporada, Wasting Light se apunta como uno de los mejores discos del año (aunque se trata de un año con muchos y muy buenos lanzamientos). Desde luego, me animo a decir que se trata de la mejor obra de Foo Fighters desde su homónimo disco debut. Así que no seas salame, no pierdas mas tiempo y dale play al reproductor de abajo. Wasting Light by Foo Fighters |
Labels: "El" disco, Música